
Este invierno de 2020 ha sido muy diferente. En tiempos de pandemia, nuestros hábitos han cambiado. Empezando porque, cuando podemos, nos vamos más a vivir aventuras al campo o donde sea. Y siendo invierno, hay que abrigarse. Quizás en Canarias, desde donde escribo estas líneas, no sea el sitio más común para hablar de un “invierno” en el campo. Pero lo que si tengo claro, es que el ocio de muchas personas ha cambiado, independientemente de dónde vivan.
Las personas más urbanitas, normalmente más sofisticadas, frecuentan ahora en su tiempo libre zonas mas campestres.
Esto ha hecho una haya un incremento de demanda en prendas de abrigo con texturas diferentes para darle un toque “retrofuturistico” a nuestros looks.